Los problemas de acoso, acecho y difamación, así como las distracciones ocasionadas en los alumnos y maestros por el uso de las redes sociales han provocado que algunas instituciones educativas implementen políticas que restrinjan su uso. Pero, ¿es esta la medida correcta para prevenir estos problemas?
Para responder esta pregunta es necesario explicar por qué existen estos problemas en las redes sociales. Los sitios de redes sociales basan su funcionamiento en la creación de un perfil personal y el establecimiento de relaciones de confianza entre los integrantes lo que permite establecer grupos donde es posible compartir datos. Entre la información compartida encontramos datos personales como: nombres, país, intereses, fotografías y en ciertos casos, es posible obtener la dirección o teléfono de una persona.
Desafortunadamente no todos los usuarios de estos servicios tienen buenas intenciones. Los casos de acoso y acecho en ocasiones ocurren como consecuencia de la información publicada, ya que los usuarios no son restrictivos con las personas que pueden acceder su red de amigos, de esta manera es posible obtener la información necesaria para acosar a una persona o un medio más para realizarlo.
Los casos de difamación podemos visualizarlos de dos maneras distintas, el primero cuando los contactos de un cierto usuario publican mensajes que podrían avergonzarlo y el segundo cuando un usuario adopta la personalidad de otro y crea un perfil para posteriormente publicar información que podría afectar la imagen de la otra persona, por ejemplo, pensemos en un artista famoso y en un admirador molesto, el admirador podría crear un perfil de redes sociales a nombre del artista y posteriormente publicar mensajes falsos acerca de su vida personal.
Sin embargo, los sitios de redes sociales pueden proveer un espacio de interacción entre estudiantes quienes pueden crear verdaderas comunidades de intercambio académico, por ejemplo, imaginemos una comunidad creada por estudiantes universitarios interesados en biología, al conformar un grupo de redes sociales podrían intercambiar información acerca de sus intereses, aclararse dudas, recomendarse artículos o métodos de estudio.
Es por ello que es importante encontrar un equilibrio, pues la restricción total de los sitios de redes sociales en las escuelas no protege a los estudiantes u otras personas de los peligros existentes, sin embargo las instituciones educativas podrían capacitar a su personal para que estos brinden asesoría cuando ocurran estos casos. Además es posible que las universidades establezcan acciones que permitan concientizar a los usuarios de los peligros existentes y de los métodos de protección disponibles.