Las principales ciber amenazas en la actualidad son el ransomware y el minado de criptomonedas no autorizado. Estas podrían provocar la suspensión de servicios críticos, la primera porque inhabilita los sistemas a cambio de un rescate, y la segunda porque podría secuestrar la capacidad de cómputo de una gran cantidad de máquinas para generar ganancias en moneda virtual; pero además de estas amenazas, los profesionales en ciberseguridad deben lidiar con las estafas de correos electrónicos empresariales, el uso de exploits como EternalBlue o EternalRomance y las vulnerabilidades de día cero, algunas de las cuales son aprovechadas por los cibercriminales poco tiempo después de ser descubiertas.
A pesar de que el escenario podría parecer sombrío, es necesario reconocer que en el mundo hay cada vez más conciencia sobre la ciberseguridad, gracias a los esfuerzos de los profesionales en el ramo que buscan mejorar las legislaciones para regular las actividades del mundo digital, al aumento en los programas de recompensas por vulnerabilidades o a las revelaciones de prácticas inapropiadas en la industria, que ha ampliado el debate sobre la privacidad de la información, en una sociedad en la que las empresas que prestan servicios “gratuitos” a los usuarios finales funcionan como un panóptico que registran nuestra vida digital para lucrar con ella.
En este mundo de amenazas, en el que los usuarios finales juegan un papel estelar (por ser el eslabón más débil en la cadena de seguridad), el tema del control de los datos personales ha tomado relevancia debido a la preocupación de que las personas puedan ser controladas por medio de la información que ellas mismas otorgan a las organizaciones y porque se ha destacado que los usuarios son en el producto de las compañías, quienes lucran con la información personal de distintas maneras. Por lo cual, los expertos en ciberseguridad advierten de qué manera se exponen los datos personales y cómo se pueden mitigar los riesgos que ello implica.
Sin embargo, no todos corren despavoridos de las redes sociales, puesto que la cantidad de usuarios en las plataformas sigue en aumento. La privacidad de la información seguirá siendo un tema importante en los próximos meses, puesto que aún hay mucho por regular y más por concientizar, sobre todo tomando en cuenta a los usuarios finales que consideran que su privacidad carece de valor, en un mundo donde las ideas de Orwell, Huxley y Bradbury se han vuelto espeluznantemente actuales.